Para Cyrille Aimée, la música es una forma de vida tanto como una forma de arte, liberándola para perseguir sus talentos creativos dondequiera que la lleven las inspiraciones de su diversa herencia. Ha desarrollado una notable carrera, galardonada en múltiples ocasiones y que abarca continentes, como cantante, compositora, letrista y educadora, siempre manteniéndose fiel a sus raíces. Creció en un hogar multilingüe lleno de música donde bailar era una actividad diaria, acompañada por los ritmos afrocaribeños de la bachata y el merengue de la República Dominicana natal de su madre. La casa familiar estaba en Samois-sur-Seine, la ubicación del Festival Django Reinhardt, una de las mayores reuniones anuales de músicos gitanos en Europa. La adolescente Cyrille salía por la ventana de su habitación por la noche para mezclarse con los músicos, encendiendo una pasión por el jazz e inspirándola con la idea de vivir dentro de una comunidad global de música, unida en creatividad y espontaneidad, sin límites ni fronteras.